Me he acostumbrado a ti, y lo hice para siempre.

Verás, yo no te busqué, ni quise encontrarte, todo ocurrió, porque Dios, o cualquier cosa lo quiso. Pero le doy las gracias al cielo por ello, tu estas en mi vida, y no dejare que salgas de ella. Mi felicidad tiene una deuda contigo, y pienso cobrártela durante todos los días de mi vida, sea como sea, cueste lo que me cueste. Por que gracias a ti, estoy hoy aquí, escribiendo esto, sonriendo mientras escucho una de nuestras miles de canciones que me recuerdan  ti,a  tu voz, a tu sonrisa,a  tu pelo, a nuestras bromas.
En esto todo tiene su porque, y es que te trajeron al mundo, para que formases parte del mio, para ser la razón de mi sonrisa.
Puedo jurar y perjurar que haces que mis malos momentos, se conviertan en una pequeña dosis de azúcar, que aunque a veces el orgullo me ciegue, te seguiré amando, como el primer día que aseguré estar enamorada de ti. Que por ti, lo dejo todo, lo garantizo.
Pocas veces he podido hablar con palabras tan sinceras. Y es que de siete días a la semana, te quiero ocho.