De eso va lo nuestro. De lo que nos gusta luchar. De lo fácil que lo podemos hacer todo, Y lo complicados que somos. Lo tontos que nos ponemos muchos días. Cuántas formas de querer en tan solos cuatro meses. Cada vez más fuerte. Cada vez más fácil, y más difícil a la vez. Pero ya sabemos más que de sobra, que si no cuesta no vale la pena. Si no duele, no es amor. De los días que he pasado contigo, me quedo con todos. Los bonitos y los que no lo son tanto. A lo largo de mi vida he cometido muchos errores y he fallado demasiadas veces. Eso si, solo hay una cosa de la que estoy segura: de ti. Cuando te digo que te quiero no es porque te desee ni porque quiera poseerte. No tiene nada que ver conmigo. Te quiero por lo que eres. Porque he visto tu alegría, tu bondad y tu forma de querer, he visto lo mejor y lo peor de ti. Y conforme pasa el tiempo entiendo que eres mucho más que increíble. Y es cómo te quiero, con cuántas ganas. No te lo imaginas, porque ni yo me lo creo. 

Y que tengo miedo, miedo a reconocer que no siempre te doy lo mejor. Miedo a vivir sin ti, a sufrir si un día me faltas. Miedo a perderte. Miedo a subir al cielo si no es de tu mano. Miedo a no verte, miedo a la realidad, miedo a vivir bajo las luces de la oscuridad. Miedo a que no contestes si te llamo y a que no me levantes si me caigo. Pero sobretodo, miedo a pensar que tú mañana puedas sentir ese miedo. hace mucho que ya me da igual si se me nota que estoy enamorada. Que me muero por alargar un rato más el tiempo contigo. Que cada vez que te veo se me dibuja una sonrisa en la cara. Que quiero estar contigo cada día, y también cada noche. 

Porque sinceramente hace tiempo que me importa bien poco que la gente sepa que eres lo mejor que me ha pasado.