I'm not a princess

I'm not a princess
Los sueños solo desaparecen si la persona los abandona

lunes, 14 de mayo de 2012

Un día, como otro cualquiera, llegó un mensaje a la bandeja de entrada de Nora, ella, lo miró, era oculto, igualmente, parecía interesante, y, claro, lo abrió.

+Hagamos un pacto, es muy sencillo. Yo prometo quererte cada día un poco más, estar a tu lado en las buenas, malas, regulares y peores, no dejarte sola ni un momento, decirte cada día lo que me gustas, que me encantas, que estoy colado por ti hasta los huesos. Prometo darte un beso cada día y un abrazo cuando te vea, en las despedidas o, simplemente, cuando necesite dártelo. Te prometo que voy a llorar contigo y que también me voy a reír, que vamos a pasar días inigualables, inimaginables, perfectos, de locura, llenos de momentos que jamás olvidaremos, con mil y una sorpresas, llenos de besos, de cariño, de abrazos, llenos de ti, llenos de mí pero también te aviso que habrá mas de una tarde que no me aguantaré ni yo aunque intentaré no pagarla contigo.. Te prometo que cuando nadie te entienda, cuando te sientas sola, cuando no sepas a quién acudir, yo voy a estar ahí para comprenderte, para animarte y para sacarte esa sonrisa que tanto me gusta. Te prometo que día tras día aprenderé a quererte como quieres que te quiera, aprenderé a ver tus cualidades y a ayudarte a superar tus defectos. También prometo cambiar las cosas que te molesten para así poder hacerte feliz. Prometo encontrar un lugar solo para nosotros donde tumbarnos a ver las estrellas, donde poder hablar de nuestras cosas, donde poder decirte que te quiero, que eres mi vida. Prometo dedicarte cada hora, cada minuto, cada segundo, e incluso, cada milésima de segundo de mi vida, todo es para ti porque quiero pasarla a tu lado. Prometo hacerte sonreír, hacerte sentir única, especial. Prometo amarte y no quedarme en quererte. A cambio de todo esto, yo no te pido nada, solo que estés conmigo, para siempre.

Impresionada, y medio llorando, Nora, contestó a este mensaje, y esperó la respuesta, impaciente.

-Dios mio, es precioso… ¿Quién eres?

Y su respuesta, llegó.

+Soy el príncipe de su princesa, o el patito feo, que intenta acercarse a su princesa. Adivina quien es mi princesa. ¿Te ha gustado? No es ni un cuarto de lo que puedo sentir por ti, a cada minuto, cada día que te veo, se me acelera el corazón, y se me pone a 120 km/h, y me enamoro cada vez más de ti. Es una rara sensación, pero, a la vez… Tan sincera… Necesito quererte cada día un poquito más, para así sentirme así, raro, porque cada vez que te miro, se me pone el bello de punta, solo necesito verte para sentirme así… Es increíble, que una persona, como tú, tan “normal” como tú dices, puede hacer sentirse así a otra persona, más que normal, porque tú te mientes diciendo que eres normal, las princesas, no son normales, las hadas tampoco lo son. No creas eso de que los cuentos, son cuentos, y que sus personajes no existen, porque, tú, no sé de donde saliste, porque eres mi cenicienta, mi blancanieves, mi bella durmiente, mi Bella, mi Rapunzel y mi Campanilla. Eternamente te amaré, Nora, eternamente. Sonríe, porque esa curva de tu cuerpo, es la más preciosa de todas.

Y este, fue el comienzo de un cuento de hadas, como dice él. La historia sigue así:

-¿Podrías dejar de decir esas cosas tan preciosas? No paro de llorar, y a la vez sonreír, ¿quieres que nos veamos esta tarde? A las 5 en el parque de al lado de la fuente, por favor. No faltes, gracias a ti, vuelvo a sonreir.

+Intentaré ir, ahora me voy, te amo, pequeña, te amo.

- :)

+Ojalá estés sonriendo en este mismo momento, enana, me encantas.

-A mi si que me encantas, admirador secreto, jajaja :)

+Ojalá sea cierto, princesa.

-Tu Cenicienta va a ver a la Hada Madrina para convertirse en princesa, para ver a su príncipe azul, antes de que sean las 12:)

+¿Y luego soy yo el que digo cosas preciosas? No hace falta que te arregles, con cualquier cosa que lleves irás perfecta.

-Lo sé, ¿con qué te puedo diferenciar del resto de la gente? :)

+Llevaré un libro, enana.

-Pero, en ese parque todos llevan libros, es casi como una biblioteca, será imposible diferenciarte…

+De eso se trata, de ver si me encuentras tú, a “tu príncipe azul”.

-Ah, ¿Qué esto es un juego? Te aviso, que yo siempre gano en todos los juegos, ¿eh? :)

+No creo que encuentres al príncipe de su princesa, será muy difícil encontrarme, y, aunque no me veas, yo estaré a tu lado, donde menos te lo puedas imaginar, princesa.

-Necesito verte, no que tu me veas a mi… :$

+Lo sé, pero, dicen que las cosas buenas, son de esperar, ¿no? Pero, ocurre, que en mi caso, no puedo esperar a verte ni un solo segundo de mi vida…

-Será porque no soy una cosa muy buena.

+No, no eres una cosa muy buena, no hay palabras para definirte, la perfección quizás se aproxime un poco.

-Dios mio, que ganas de poder abrazarte….

+Dios mio, que ganas de rozar tus labios con los mios, y que se pare el tiempo en ese momento, que sea eterno…

-Solo si apareces, podrá ocurrir…

+Entonces, estáte segura, de que estaré allí, solo encárgate de encontrarme, preciosa.

-Lo intentaré, cosita :)

+Me voy para ya, suerte con encontrar a tu príncipe, ¿eh? Te adoro, princesa.

-Jajajaja:) Lo encontraré, ya verás… Te quiero…

Y así, fue como Nora, volvió a creer en el amor, y claro, fue a buscarlo, aunque... No tuvo mucha suerte, no lo encontró. Ella pensaba que no había ido, pero, claro solo lo pensaba. Si fue, y estuvo a su lado, ayudando a "encontrar" a su "admirador", era él, su mejor amigo.