Sentirte encerrada, sola, ahogada, odiada, triste, desilusionada, abandonada, sin motivos por los que seguir adelante. Sin encontrar un puto sitio donde encajar. Solo queriendo gritar y huir, sin poder hacerlo.Las malas rachas duran poco, pero está siendo la peor, y bien larga. Son días con momentos ''felices'' los cuales solo pudo contar con los dedos de una mano. Días en los que ni uno se libra de que llore, de que caiga una y otra vez, e intentar levantarme sola mil y una veces sin conseguirlo del todo. Días para luchar y vencer a la soledad. Para intentar volver a creer en la ilusión, en la vida, en la amistad e incluso en el amor, si, de nuevo.Pero no lo consigo, no consigo nada, solo desilusiones. Solo despedidas, desamores. Solo queda ese sentimiento de estar apartada, de ser una incomprendida, de ser la niña con la sonrisa en la cara. Pero es una sonrisa que solo ella conoce, una sonrisa rota, falsa, borrosa. Una sonrisa que por las noches se come todas las lágrimas.

Y este es el sentimiento diario, el de no sentirse apreciada por nada ni por nadie. El de no quererse así misma. El de querer acabar con todo.